Planteamiento

  • La relación entre la niña o el niño y la persona adulta* es fundamental, ya que las interacciones sociales y las experiencias emocionales moldean el desarrollo del cerebro y la salud en general. Es necesario construir relaciones sólidas y afirmativas, evitando el castigo y promoviendo el respeto y la empatía.

  • El estrés y la presión pueden tener un impacto negativo en la memoria y el aprendizaje de los estudiantes, lo que nos lleva a replantear los métodos de evaluación tradicionales. Además, la comparación constante y la competitividad extrema pueden generar rivalidad y una mentalidad de superioridad o inferioridad, lo que limita el desarrollo de comportamientos cooperativos.

  • Los adultos desempeñan un papel crucial al crear un ambiente de aprendizaje que promueva la curiosidad, el razonamiento y el debate abierto, y al ser un ejemplo para los estudiantes al admitir errores y demostrar una actitud de aprendizaje continuo. La curiosidad y la motivación intrínseca juegan un papel fundamental en el aprendizaje, por lo que es esencial estimular y potenciar la curiosidad de los niños, fomentando su autonomía y competencia.

  • Por último, se destaca la importancia de proporcionar un entorno físico saludable, incluyendo espacios naturales, y garantizar una nutrición adecuada para el desarrollo cerebral de los niños.

* Persona o conjunto de personas que desempeñan un papel esencial en el desarrollo del niño, ayudándolo a adquirir conocimientos y habilidades académicas, así como a cultivar habilidades sociales y emocionales, además de fomentar curiosidad, la creatividad y el pensamiento crítico.

1. CÓMO ME RELACIONO CON LA NIÑEZ

Los individuos se co-regulan fisiológicamente entre sí, lo que significa que la calidad de las relaciones y las interacciones sociales de una persona moldea su desarrollo y salud, tanto del cuerpo como del cerebro (Immordino-Yang M., Darling-Hammond. L, Krone C, 2018). Por ejemplo, el desarrollo cerebral prenatal de los bebés se ve afectado por el estrés materno, lo cual a su vez se relaciona con el comportamiento de los niños y las niñas pequeñas, su temperamento y su capacidad de aprendizaje. Por otro lado, los cerebros de los más pequeños y adolescentes que experimentan adversidades persistentes responden fortaleciendo los circuitos que promueven tendencias agresivas y ansiosas, a expensas de los circuitos relacionados con la cognición, el razonamiento y la memoria. (Immordino-Yang M., Darling-Hammond. L, Krone C, (2018)).

Nora Rodriguez, directora del Curso de Introducción al Bullying y Estrategias Antibullying del Campus Universitario de la Mediterránea, en Barcelona, dice que el perfil de la acosadora o acosador es «un adolescente con muy baja autoestima debido a esta falta de adulto en la infancia, porque las madres y/o padres trabajamos, y porque muchas criaturas desde muy pequeñas han estado a cargo de seis, siete personas diferentes que no tienen nada que ver con su familia. Si la persona que lo cuida se va, la niña o niño crece con un apego inseguro.» (Lecuyer, C. 2008).

¿Disponen las personas adultas de conocimiento, sensibilidad y tiempo para construir relaciones sólidas y afirmativas con el niño?.  Por ejemplo, ¿qué tipo de emociones se puede experimentar al recibir una pegatina con una cara de expresión triste? .

Nelsen, J. (2011) dice: “¿de dónde sacamos la loca idea de que para que los niños se porten mejor, primero tenemos que hacerles sentir peor?” . Por tanto, ¿podemos aprender a relacionarnos de manera respetuosa; sin utilizar los gritos, los castigos o los chantajes?

Si un niño o niña miente, ¿qué sentido tiene exponerlo un ideal de verdad?. Antes de eso, es primordial indagar por qué está mintiendo. Necesitamos tiempo para estudiarla y observarla, lo cual requiere paciencia, amor y cuidado. Además, ‘para ayudar al niño a liberarse de las actuaciones del ego, cada uno de nosotros se dispondrá a alterar profundamente su actitud y su relación con el niño. Los padres y los educadores, mediante su propio pensamiento y conducta, pueden ayudar al niño a liberarse y a florecer en amor y bondad.’ (Krihsnamurti, J. (1950).

Por tanto, es crucial que las personas adultas estén dispuestas a observarse a sí mismos de manera crítica y reflexiva.

1.1 Más allá del miedo y de la comparación.

El miedo activa regiones cerebrales relacionadas con la evitación y la inhibición, lo que puede interferir con la capacidad de explorar y experimentar libremente. Además, se activa la respuesta de estrés en el cuerpo, que puede desencadenar una serie de reacciones fisiológicas y psicológicas, como aumento del ritmo cardíaco, tensión muscular, o dificultad para concentrarse (Shenhav, A., Botvinick, M. M., & Cohen, J. D. (2013); LeDoux, J. E., & Pine, D. S. (2016)).

Bueno i Torrens, D. (2021) nos dice: ‘el estrés agudo afecta a la recuperación de la memoria después de una situación estresante’. Este descubrimiento, hace necesario replantear los métodos de evaluación y exámenes tradicionales que pueden ejercer una presión estresantes y como consecuencia la perdida de memoria. De igual modo, ‘cuando nos dan una nota, por ejemplo, un cuatro sobre veinte o un cero sobre veinte, es aún peor: lo que aprendemos es que no hemos acertado y, por el contrario, eso puede tener un efecto negativo, una especie de castigo, una comparación con los demás, una mala imagen de uno mismo’(Dehaene, S. 2023).

Según Bueno i Torres, D, hay formas más eficientes de evaluar al estudiante por ejemplo: ‘cuando se requiere que los estudiantes analicen información relevante para el examen y apliquen conocimientos a una situación nueva, tales evaluaciones pueden contribuir a reforzar las habilidades y consolidar la memoria’ .

‘La comparación genera competitividad, rivalidad y una mentalidad de superioridad o inferioridad’ (Krishnamurti, J. 1953).

La competitividad extrema como valor socava las relaciones humanas, ya que su fundamento implica ver a los demás como posibles obstáculos para alcanzar el éxito personal (Kohn, A. 2014). Kohn, A. dice: ‘cuando los alumnos son evaluados de esta manera, suceden tres cosas: tienden a estar menos interesados en el aprendizaje por sí mismos; escogen siempre el camino más fácil si tienen la opción (no porque sean flojos, sino porque son racionales) y tienden a tener un pensamiento más superficial’.
Esto impide el desarrollo de comportamientos cooperativos que a largo plazo resultan en una mayor productividad. Las personas son más productivas cuando se sienten bien consigo mismas y forman parte de una comunidad en la que todos se apoyan mutuamente.

1.2 La persona adulta puede estimular la curiosidad en la infancia.

Los entornos de aprendizaje productivos ayudan a los estudiantes a adquirir hábitos mentales que facilitan la adquisición de conocimientos y habilidades apropiados para su edad, el razonamiento y la reflexión ética (Dehaene, S.2009,2011). Los mismos procesos de razonamiento, conversación y exploración fortalecen la coherencia y el equilibrio de las redes cerebrales, fomentando una mayor inteligencia que se puede aplicar a todo tipo de tareas de aprendizaje. Por ejemplo, comprender la lectura requiere habilidades de comprensión y un amplio conocimiento del mundo que respalda la comprensión del texto, además de habilidades de de-codificación y atención (Immordino-Yang M., Darling-Hammond. L, Krone C (2018). Sin embargo, ¿se está estimulando adecuadamente a los niños  y niñas para que formulen preguntas y a que investiguen más allá de lo que se les presenta?, ¿se le ayuda a identificar aquello que despierta su curiosidad para potenciarlo y favorecer su desarrollo? , ¿están recibiendo un buen ejemplo por parte de la comunidad educativa?, ¿como influiría en la población infantil la presencia de un persona adulta capaz de demostrar, a través de sus propios errores o dudas, que admitir no saber algo les brinda la oportunidad de aprender?

Se ha observado que la mayoría de los maestros de educación primaria no dedican suficiente tiempo para estimular la curiosidad de los niños y niñas (Engel, 2011, Engel, 2013; Engel & Randall, 2009). Las investigaciones sugieren que los maestros a menudo se sienten incómodos al estimular a los niños a que expresen preguntas curiosas sobre temas para los que los propios maestros a menudo no saben las respuestas (e.g., van Aalderen-Smeets, van der Walma, and Asma, 2011); creer que solo existe una respuesta correcta a las preguntas de los maestros, lo cual limita su capacidad de desarrollar una mente curiosa y practicar la reflexión crítica. Esta mentalidad restringe la exploración de explicaciones alternativas, lo cual se considera perjudicial para el enfoque de enseñanza centrado en el maestro.(Claxton, 2007; Claxton & Carr, 2004; Rojas-Drummond et al., 2017).

Como menciona en su artículo, Juliette H. Walma van der Molen (2018), las prácticas comunes en las escuelas pueden tener el efecto de llevar a los niños a desarrollar ideas equivocadas sobre la importancia de la curiosidad en la educación. Con el tiempo, esto puede alejarlos de su inclinación natural hacia el cuestionamiento y la exploración, lo que es perjudicial para su desarrollo educativo.

2. LA CURIOSIDAD Y LA MOTIVACIÓN INTRÍNSECA.

La neurociencia está comenzando a explicar el poder de la curiosidad. Cuando tenemos hambre de respuestas, la actividad de nuestro cerebro cambia de maneras que nos ayudan a retener nueva información. (Matthias J. Gruber, Bernard D. Gelman, Charan Ranganath, 2014). Por un lado, la mente curiosa activa procesos y regiones cerebrales asociadas con la anticipación de una recompensa. Queremos aprender más porque las respuestas son satisfactorias. Además, el hipocampo, un centro de memoria, aumenta su actividad, preparándose para almacenar información. Cuanto más deseamos conocer una respuesta, más memorable se vuelve (Kang, M. J., Hsu, M., Krajbich, I. M., Loewenstein, G., McClure, S. M., Wang, J. T., & Camerer, C. F. (2009).

La curiosidad y el interés son, componentes reconocidos desde hace mucho tiempo de la motivación intrínseca (Di Domenico SI, Ryan RM, (2017).

Deci y Ryan (1985), propusieron que la motivación intrínseca es una función de crecimiento psicológico de por vida que se basa en la necesidades psicológicas básicas de competencia y autonomía. La Competencia se refiere a sentimientos de efectividad, la sensación de dominio creciente en actividades que son óptimamente desafiantes y que desarrollan aún más la propia capacidad. La Autonomía se refiere a una experiencia de voluntad e integridad, la sensación de que el comportamiento de uno es auténtico y autoorganizado en lugar de conflictos y presiones internas o coerción externa.

Los metaanálisis y los estudios de campo apuntan a la motivación intrínseca como quizás la forma más importante de motivación en el rendimiento escolar (p. ej., Taylor et al., 2014; Froiland y Worrell, 2016). Peterson (1999) argumentó que la búsqueda dedicada y valiente de los intereses de uno optimiza el desarrollo de la personalidad al exponerlo cada vez más a nuevas ideas y desafíos, evitando así la rigidez ideológica y fomentando el aprendizaje, el crecimiento y el sentido de la vida.

3. DEPORTE, NUTRICIÓN Y DESCANSO COMO PILARES FUNDAMENTALES.

La importancia del deporte y la nutrición es fundamental para el desarrollo de la población infantil junto con el buen descanso. La actividad física tiene un impacto en la regulación fisiológica que subyace al bienestar social y emocional, la cognición y la memoria. (Erickson, K. I. et al (2011); C. H., Erickson, K. I. & Kramer, A. F. (2008). Además, los efectos positivos del deporte se fortalecen con la disponibilidad de espacios verdes (Bowler, D. E., Buyung-Ali, L. M., Knight, T. M. & Pullin, A. S (2010); Hyvönen, K. et al. (2018)).

Por otro lado, una nutrición adecuada y la ausencia de toxinas son necesarias para un desarrollo cerebral saludable, especialmente en la infancia. Las deficiencias de nutrientes, como el hierro, (Todorich, B., Pasquini, J. M., Garcia, C. I., Paez, P. M. & Connor, J. R. 2008) y las dietas ricas en azúcares refinados y altas en grasas saturadas, (Francis, H. & Stevenson, R. (2013);Molteni, R.,Barnard, R. J., Ying, Z., Roberts, C. K. & Gomez-Pinilla, F. (2002); Wu, A., Ying, Z. & Gomez-Pinilla, F. (2004) se ha descubierto que comprometen el desarrollo cerebral y pueden llevar a dificultades en el aprendizaje, la memoria y la cognición.

 

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