La espontaneidad y la creatividad son tesoros intrínsecos de la infancia.

Al apoyar y nutrir esta faceta, se le brinda la oportunidad de crecer como individuos equilibrados y con un sentido de autenticidad y confianza en sí mismos.

 
 

Diario  de observación Vie., 25 feb. 2022

Hace unos días, observé como Ángel, que apenas tiene veinte meses, empezaba a pintar el suelo del patio con las gotas de lluvia. Utilizaba un pincel de repostería con el que jugaba mientras yo terminaba de cocinar el almuerzo.

Al día siguiente, busqué temperas y pinceles adecuadas para sus pequeñas manitas.

Lo primero que hizo, fue meter el dedo y tocarlas. Se miró la mano medio sorprendido y aterrado, ya que a este no le gusta tener las manos sucias. Después de observar como yo introducía los pinceles en las pinturas y hacía trazos en forma de lineas, se animó, agarró la brocha, la introdujo en pintura rosa, y empezó a hacer círculos en espiral. A continuación, le acerqué el color azul y empezó a dibujar más círculos, siguiendo ese mismo movimiento en espiral

De pronto, sentí como un escalofrío recorría todo mi cuerpo. Me quede fascinada, era como observar el movimiento de una flor al crecer.


La espontaneidad.

Stern, A. (2013), pedagogo e investigador de nacionalidad francesa, es testigo de la formulación, un código universal que se manifiesta a través de unos trazos espontáneos que emanan desde los más profundo de uno mismo y que escapa a la razón y a la intención’. Esto se repite en todos los seres humano, cuyo origen es la memoria orgánica, que cada uno posee. Stern nos dice: al lado de los recuerdos existe otro recurso de grabación y ninguna reflexión puede alcanzarlo’.

El pedagogo explica como el niño es feliz al expresar su espontaneidad, siendo absolutamente vital, necesario, para que el niño sea un ser equilibrado.

Los padres y docentes juegan un papel esencial al ayudar al niño a identificar sus intereses y curiosidades.

Dice Ken Robinson: “no miren al mundo que les rodea, sino al niño o niña primero, para ver qué le inspira, qué capta su atención, cuáles son las cosas que le entusiasman y cuáles las que le producen rechazo”.

Al tener una mente abierta, permitiremos que los niños exploren por sí mismos aquello que despierte su curiosidad, siempre y cuando no ponga en riesgo su seguridad. Por ejemplo, al observar a Ángel jugando en el suelo con un pincel de repostería, podríamos haber optado por intervenir en el momento en que notamos lo que estaba ocurriendo, ya que podríamos haber interpretado que no era apropiado permitir que el niño continuara en esa actividad. Por otro lado, al permitirle seguir pintando en el suelo mientras lo supervisamos nos da la oportunidad de reflexionar sobre posibles herramientas que podrían ayudar al niño a satisfacer su necesidad de expresión de una manera más adecuada.

Por tanto, es importante ser conscientes de su seguridad, pero también darles espacio para explorar y descubrir sus intereses de manera autónoma.

También podemos fomentar la experimentación y el uso activo de los sentidos. Por ejemplo:

  • Explorar diversas formas de arte, como la música, la pintura, la escultura, la danza, el teatro, permite conectar con nuestras emociones y expresar nuestra creatividad.
  • Participar en actividades variadas: hobbies, cocinar, practicar algún deporte, escribir, pasear por ESPACIOS NATURALES, entre otras actividades.
  • La lectura de CUENTOS, libros, revistas o artículos sobre diferentes temas permite adquirir conocimientos en áreas diversas y abre la mente a nuevas ideas.
  • Relacionarnos con personas diversas, de diferentes orígenes y edades, puede inspirarnos y enseñarnos sobre una amplia gama de temas.
  • Viajar nos permite experimentar en NUEVOS ENTORNOS, sabores, sonidos y vistas. La exposición a diversas formas de vida puede despertar curiosidades sobre el mundo y nuestras propias preferencias.

La observación cuidadosa permite a los padres, maestros o cuidadores comprender mejor las necesidades y preferencias del niño, lo que a su vez facilita una crianza más efectiva y una educación adaptada a sus intereses y habilidades individuales. Por ejemplo :

  • ¿En qué tipo de actividades tienden a implicarse por propia voluntad?
  • ¿Qué clase de habilidades sugieren? 
  • ¿Qué es aquello que absorbe más su interés?
  • ¿Qué tipo de cuestiones y observaciones hacen?

Así mismo, debemos brindar apoyo y estímulo al niño para fomentar su desarrollo.

Para finalizar, Stern hace un llamamiento a la comunidad educativa: ” en el aula no hay que enseñar a dibujar, hay que dejar de practicar plástica. La educación artística paraliza a los niños. Los docentes tienen que saber que cada vez que se instruye al niño, se destruye su espontaneidad “.

Dice Montessori, M. (2015): ‘no podemos calcular las consecuencias que puede tener el sofocar un acto espontáneo cuando el niño empieza apenas a obrar; seguramente sofocamos la vida misma. Es preciso evitar rigurosamente el detener los movimientos espontáneos y renunciar a nuestras costumbres de obligar a los niños a realizar actos por la imposición de la propia voluntad’.

 

 

Bibliografía

• Montessori, M. (2015). El Método de la Pedagogía científica. (C. Sanchidrián Blanco, Ed.). Madrid: Biblioteca Nueva.
• Stern, A. (1977). La expresión. Ed. Promoción Cultural S.A. Barcelona.
• Stern, A. (2013). Ni arte, ni infantil. Ed. La Casa Encendida.
• Robinson, K. (2009). El Elemento. Descubrir tu pasión lo cambia todo. Random House Mondadore, S. A. Pág. 143.

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